Escribe: Renzo Gómez
Hace 26 años, los afiches de la Feria del Hogar anunciaban sus conciertos como “buena música para gente que sabe”. Desgraciadamente, la valla nos quedó tan alta que hasta hubo pifias. “Les dieron caviar a los chanchos”, rabiaron sus seguidores. El pianista Eddie Palmieri no volvió más. Se crearon colectivos e incluso lo vocearon para el ‘Chim Pum Callao’, pero no volvió. Hasta ahora, que Rubén Blades lo invitó a su fiesta: el Festival All Access, el 22 de octubre en el Estadio Nacional, junto a Jorge Drexler y Alejandro Sanz. Lo han arropado bien al ‘muchacho’ que el 15 de diciembre cumplirá 80 años. Como decía el trompetista Alfredo ‘Chocolate’ Armenteros: “después de los cincuenta, la cuenta arranca de cero”.
Rubén Blades dijo hace poco que si fuera un espectador iría a verlo a usted antes que a él mismo…
(Risas). Es muy amable Rubén. Yo también lo voy a gozar. Es único, y le deseo lo mejor en su retiro.
-¿Por qué nunca trabajaron juntos?
Hace muchos años hicimos una gira en España, pero nos fue pésimo. No hubo las condiciones adecuadas.
Me refería a alguna producción.
No, nunca hemos grabado nada.
¿Nunca hubo la posibilidad?
Lo invité a cantar en mi última producción, ‘Mi luz mayor’, pero tenía otros compromisos. Grabamos con Gilberto Santa Rosa, el mejor sonero en la actualidad.
Se cuenta que Gosta Lettersen, el creador de la Feria del Hogar, lloró porque la convocatoria a sus conciertos, en 1990, no fue la deseada y muchos de los asistentes no la valoraron…
Es difícil buscarle remedio a eso. Mi orquesta toca como se debe. Excita como no excitan las orquestas actuales. Es triste para mí, porque me gustaría que todos me escucharan. Pero tengo que seguir en mi forma.
-¿Hasta cierto punto se siente un incomprendido?
No, yo soy feliz así.
Muchos de los melómanos protestaron porque tocará apenas una hora con diez minutos…
A la edad mía, debo tocar menos. Mi show no es para bailar pero es algo que no encontrarás en ningún lado. Que se queden tranquilos que con ese tiempo será suficiente para recibir mi potencia concentrada.
¿Cómo se cuida las manos, por cierto?
Siempre tengo los guantes puestos para protegerme, y una hora antes de tocar hago ejercicios de yoga para enderezar mi espalda. La sangre circula bien, y los dedos mejor. -En Nueva York, a su hermano Charlie le hicieron una calle, la 112, contigua a la de otras leyendas de la música latina como Machito y Tito Puente.
¿Se imagina acompañándolos, con una calle a su nombre?
No, yo quiero todos los homenajes en vida. No esperen a que me muera. Van a tener que esperar mucho de todos modos, porque hay Palmieri para rato.
Prueba de ello es ‘Mi luz mayor’…
Sí, y lo digo con orgullo: es el mejor disco del siglo XXI. Nadie ha grabado con dos soneros de la talla de Gilberto Santa Rosa y Herman Olivera, la voz del Caribe.
¿Qué representa este disco en su carrera?
Espiritualmente, es el pico más alto. Se lo dedico a mi señora, que falleció hace tres años. Imagínate, 60 años de casados y dos de novios. Me hace mucha falta y para ella será esta joya.
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