La agrupación, compuesta por Charlie Pizarro, Wilfredo “Willito” Otero, Luis Raúl “La Tórtola” Rivera, Rafael Falú y Rolando “Indio” Claudio, y lanza disco en honor del Sonero Mayor y aunque algunos de ellos eran casi unos bebés cuando murió Maelo, tienen pasión por su música.
Porque Ismael Rivera sigue vivo en la música y en el sentimiento de la gente, se continúa recordando el día que vino al mundo a dejar su legado.
Hoy Maelo cumpliría 84 años de no ser porque el destino le jugó una mala pasada y se lo llevó a los 55 años dejando huérfana a la salsa de uno de sus hijos.
“Ismael no va a morir nunca, Ismael sigue siendo joven en la música, de echo él murió joven cuando todavía le quedaba mucho por hacer en la música. Yo creo que mientras las personas jóvenes lo sigan honrando Ismael va a seguir haciendo historia. Por eso yo sigo guardando su memorabilia para un día hacer de su casa un museo para que sigan recordándolo como lo que fue, un ícono”, expresó Ivelisse Rivera, hermana de “El sonero mayor” en la casa donde vivió el artista hasta su muerte y que hoy alberga su fundación.
El mejor ejemplo de lo que expone Ivelisse es el homenaje que le rinde a su hermano el grupo Severo con la producción “De Severo a la Calma, honrando al Sonero Mayor” y cuyo primer corte de promoción es “Mi negrita me espera”.
“Para nosotros Ismael Rivera es el más importante exponente de nuestro folklore. Este es nuestro compromiso con un artista que dio a conocer nuestra música a nivel internacional”, dijo Charlie director y percusionista del grupo. Willito, quien tenía cuatro años cuando murió Maelo, confesó que cantar la música de Maelo significó un gran reto por la figura que éste representa.
“La producción contiene un escogido de ocho temas del sonero grabados en boleros, cha cha y salsa y fueron transformadas en plenas, bombas y otros ritmos afrocaribeños por varios arreglistas. Los temas no pierden la esencia de lo que Ismael hizo y pienso que va a haber un resurgir de su música entre la gente joven”.
A enfrentar la crítica
Ambos músicos saben que a los salseros puristas podría no gustarle los nuevos arreglos que le han hecho a estos números musicales. “Estamos preparados para eso. En los 30 años que llevo interpretando la música folklórica yo a ese macho lo he estudiado de forma rítmica y metódica, y es lo que estoy plasmando en este disco; la pasión que yo tengo por la música de Ismael es cónsono con lo que él hizo con Rafael Cortijo. Estamos abiertos a la crítica porque de esta uno aprende”, sostuvo Charlie.
Por su parte Willito contó que un amigo suyo lo llamó y le dijo ‘dañaste Mi negrita’. Pero la realidad es que lo que hizo Ismael es impecable, eso nadie lo va a igualar. No va a nacer otro Ismael por eso este homenaje es peculiar, aquí no estamos haciendo la música tal cual él la hizo porque eso es intocable. La fórmula de eso está en una bóveda que nadie la puede sacar, de la que él solamente tenía la combinación y la llave la tenía Cortijo. Nosotros no quisimos hacer la imitación de los temas de Ismael, quisimos interpretarla a través de nuestra experiencia y nuestra juventud”.
Para Indio, corista y punteador, Ismael es una gran inspiración desde niño cuando iba a la escuela elemental José Severo Quiñones de donde nace el nombre del grupo.
“Ya desde el cuarto grado escuchaba esos temas y se me hacía difícil prestar atención a la clase escuchando estas canciones con tanto sabor, con tanta rítmica, era bien llamativa. Cuando llegaba a casa me ponía a tocarla con una latita, una cacerola, la buscaba en alguna estación de la radio y seguía los temas de él, así pude desarrollar la habilidad musical. Maelo siempre fue el ejemplo a seguir. Con este disco se me dio un sueño".
Mientras que Falú escuchaba a Maelo en la radio desde niño junto a su padre. “Mi papá afincaba a mi mamá en la sala de mi casa escuchando a Maelo. Yo siempre fui bailarín y lo seguía porque tenía mucho sentimiento musical. Para mí es un placer ser parte de este disco”.
A Luis Raúl, que ejecuta el güícharo, el amor por la voz de “El Nazareno” le llegó por vía de su madre. “Mi mamá lo escuchaba, ella es bien sandunguera. De la música de Ismael saqué muchos refranes como el que uso cuando estamos tarde en los ensayos y le digo a los muchachos ‘me voy que mi negrita me espera’. Jamás pensé participar en un disco dedicado a su música. Cuando toco me siento como si lo tuviera a mi lado guarachando y me siento orgulloso de pertenecer a esta familia”.