Por Leila Nilipour (lnilipour@laestrella.com.pa)
Un pequeño pizarrón al margen de la entrada los anuncia: Roberto Delgado y Orquesta, Latin Grammy 2015. Sonrisas de bienvenida saludan a los curiosos que se asoman a la puerta de la mansión centenaria en San Felipe, pero también a quienes no se pierden un show desde hace seis años. A las 10:30 ya están casi todas las mesas tomadas en los 160 metros cuadrados del recinto.
‘Aquí caben 70 personas sentadas', me indica Yadira Martínez, de Platea. Aunque ambas sabemos que dentro de poco, cuando se inicie la salsa en vivo, los sentados serán minoría.
Los acentos a nuestro alrededor le hacen un recorrido al continente, pero también cruzan el charco. ‘La banda es buenísima', se escucha en un español afrancesado junto a la barra. Los asistentes también se reparten uniformemente entre la adolescencia y la jubilación. La buena música no tiene edad.
Los integrantes de la orquesta han empezado a montar sus instrumentos en la tarima al fondo de la sala. Aunque se les ve aquí dos viernes al mes, se respira un aire festivo. Quizás por los esporádicos adornos navideños intercalados entre los afiches de John Coltrane o Charlie Parker. O quizás es la amplia pared negra a la derecha del escenario, que con tiza de colores celebra a los músicos que, junto a Rubén Blades, lograron alzarse con el Latin Grammy a mejor Album de Salsa, hace ya más de una semana, por sobre artistas como Víctor Manuelle, Ismael Miranda, Rey Ruiz y Luis Enrique.
PRIMERA NOMINACIÓN ‘DIRECTA'
Son de Panamá no es el primer premio Grammy para ellos, aclara Roberto Delgado minutos antes de tomar su bajo para unirse a sus compañeros.
‘En el noventa y seis, participamos como músicos en la producción de La Rosa de los Vientos , que se ganó un Grammy también, aunque en ese entonces la orquesta apenas se estaba formando'. En esa ocasión Delgado participó no solo como músico, sino como co-productor del álbum.
‘Esta vez sí recibimos una nominación directa, porque el disco dice Rubén Blades con Roberto Delgado y Orquesta, Son de Panamá'.
DESTACA LA ORQUESTA
La intención inicial era que tanto Blades como Delgado aceptarían el premio de resultar ganadores en cualquiera de sus dos nominaciones —Mejor Álbum del Año o Mejor Álbum de Salsa. Al final, fue una cara menos familiar la que sostuvo en sus manos el gramófono dorado por primera vez en Nevada, el pasado 19 de noviembre. ‘Rubén lo pensó y decidió que fuera yo solo, para darle realce a la orquesta y que nos conocieran más'.
Esto no es nuevo. ‘Desde que estamos con él no desaprovecha ni un momento para hablar sobre nosotros y repetir el nombre mil veces', precisa Delgado, un tanto avergonzado. ‘A veces dice unas cosas en los conciertos que yo me sonrojo, porque dentro de la audiencia hay músicos que yo admiro y que sé que no les llego ni al talón… pero agradezco que le nazca sentirse tan contento con el trabajo que estamos haciendo'. Platica animado, optimista, exuda energía. Cuesta creer que no ha dormido más de cuatro horas en una noche desde que llegó de la premiación.
‘Yo no soy mucho de pensar en esas cosas y la verdad es que tampoco he tenido mucho tiempo de pensarlo', explica el bajista, refiriéndose al Latin Grammy. ‘Acabo de llegar y no me han dado chance ni de respirar. Los amigos, la gente que nos aprecia, las entrevistas, el concierto íntimo de Rubén el 25 de noviembre. Si he dormido cuatro horas en un día es mucho'.
El director musical de Blades confiesa que a la hora de hacer música, nunca piensa en premios, ni en negocio. Tampoco le interesa hacer un espectáculo ‘visualmente estético'.
‘Si te fijas, todos los músicos de la orquesta estamos feos, viejos, desbaratados. El propósito de nosotros es que aprecien la música, por eso nos llamamos músicos y no modelos'.
ESTO ES SOLO EL INICIO
Durante el ensayo a dos días del ‘íntimo' de Blades, el cantante hizo un brindis con los músicos y les expresó su felicidad. ‘Estaba muy contento de que se reconociera nuestro trabajo y pensaba que ese premio era para los músicos y técnicos de Panamá. Luego dijo, ‘bueno, eso ya pasó. A seguir trabajando'.
Aunque Roberto Delgado y Orquesta toca mucho localmente, su prioridad sigue siendo los proyectos que llevan con Blades. ‘Hace cinco años comenzamos a grabar varios proyectos que están en proceso', señala Delgado. ‘En enero comenzamos a grabar la segunda parte de Son de Panamá ... El próximo año no se sorprendan de que nos nominen a otro Grammy'.
LA SALSA ESTÁ GOLPEADA
Los problemas del mercado de la música son un fenómeno mundial, pero para Delgado la salsa es uno de los géneros más golpeados.
‘Los jóvenes prefieren otro tipo de música y las disqueras no trabajan con los artistas como antes. La mayoría de los músicos tienen que patrocinarse sus producciones', manifiesta. ‘En Panamá siempre ha habido buenos músicos, lo que no ha habido son disqueras que hayan querido internacionalizar su trabajo'.
El músico reflexiona unos segundos. Ya son pasadas las once de la noche y va siendo hora de que empiece a sonar la música en vivo. ‘Es cierto ese decir de que ‘uno nunca es profeta en su propia tierra', finalmente revela. ‘En los países de uno no lo aprecian como afuera. Hay que trabajar duro, pero nosotros siempre hemos seguido adelante, contra la corriente. No hay que dejarse vencer por esas cosas'.
El bar ya se ve lleno y las parejas están ansiosas por bailar. El músico se ve tranquilo. ‘Me siento muy afortunado de que Dios me haya dado la oportunidad de que muchos de mis sueños se hayan cumplido', concluye. ‘Me costó bastante lograr las cosas... Esto es como la coronación a todo ese esfuerzo. Ahorita mismo somos como las Miss Universo de este año, pero en la música'.
LA ORQUESTA
Los músicos que acompañan a Blades internacionalmente:
Roberto Delgado - bajo y coros
Luis Enrique Becerra - teclados
Juan Carlos ‘Wichy' López - trompetas
Francisco Delvecchio - trombones
Carlos Pérez Bidó - timbales
Juan Berna - piano
Marcos Barraza - congas
Raúl ‘Toto' Rivera - bongo, campana, guiro y maracas.
Ademir Berrocal - bateria
Carlos Ubarte - sax barítono
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