Maité Hontelé es una holandesa delgada, bonita de cara, que toca trompeta y vive en Medellín, casada con un músico colombiano.

Ella dice que nació en el continente equivocado y en una década que no le correspondía; ella hubiera preferido nacer en el Caribe, en Colombia o en Cuba, y haber sido contemporánea de Benny Moré, de Chocolate Armenteros, de toda esa generación que inventó los parámetros de la música que posteriormente se llamó salsa.

Maité se aficionó tanto que buscó la perfección, por Cali vino algunas veces y cuando menos se esperaba estaba tocando con cualquier agrupación, buscaba el espacio. Desde hace poco conoció a Óscar de León, el más grande sonero del mundo, y se hicieron amigos. Él la invitó a una gira y realizaron un concierto en Medellín. Grabaron un tema, Perdón, un magnífico bolero para su nueva producción Déjame así. Además, acaba de ser nominada al premio Grammy.

El viernes pasado tocó en Zaperoco, con su grupo, causando un furor. Toca la trompeta, canta, baila y se convierte en animadora. Lleva la música por dentro. Al final hicieron una descarga con varios integrantes de la familia Manyoma, encabezados por Hermes, y Richie Valdés.

Es el mejor concierto del año que se ha hecho en Zaperoco, el lugar de la auténtica salsa en nuestra ciudad. Un lugar que convirtió los jueves en el refugio de las agrupaciones jóvenes. Pero fue la primera vez que le entregó el viernes a un grupo y la gente respondió.

Maité Hontelé es una música de respeto. Merece mis felicitaciones y lo estoy haciendo público porque yo estuve feliz. No me equivoco en saber quién tiene calidad musical.