'Aragoniando' se llama el nuevo disco de la orquesta Aragón. Todavía no está en el mercado, pero es un ejercicio sonoro interesante: varios intérpretes cubanos se le midieron a cantar los éxitos de este grupo que está celebrando 77 años entre los bailadores.
Cuenta el maestro Rafael Lay Bravo, director del grupo desde 1984, que es un placer oír los éxitos de la Aragón, como 'El bodeguero', 'Quiéreme siempre', 'Tres lindas cubanas 'y 'Cachita', “en las voces de la soprano Bárbara Yanes, y de Leo Vera, cantante de Yumurí y sus Hermanos, entre otros”, como afirma, vía telefónica desde La Habana, antes de llegar a Colombia para el concierto de este viernes en el Downtown 727.
“Y también incluimos a un rapero amigo, Reiner, conocido como el ‘Adversario’, porque creemos en todas las músicas”, sigue el maestro Lay. En esta producción también estuvieron invitados el trompetista Roberto García y el flautista René Herrera, “y aunque sus nombres tal vez no sean conocidos en Colombia, lo cierto es que le inyectaron algo muy bueno al trabajo sin que se perdieran la esencia de las canciones ni de la orquesta”, sigue Lay.
Y es que la Aragón, como es conocida por los amantes de la buena música bailadora, como si fuera la vecina de al lado, “sigue gozando de muy buena salud a sus 77 años de vida”.
Una salud envidiable con gente nueva y gente de la tradición, con sus violines, su piano, su timbal, su güiro y su cantante.
Desde que nació en Cienfuegos (Cuba), fundada por Orestes Aragón Cantero, que era carpintero, con el nombre de Rítmica 39, esta agrupación musical ha hecho importantes aportes a los sonidos bailadores del Caribe, con danzones, boleros, guarachas y su más reconocida interpretación, la del cha cha chá.
Inicialmente, el grupo solo tenía un violín y seguía bajo la conducción del maestro Aragón quien, en 1948, dejó el grupo porque estaba enfermo. Fue sustituido por Rafael Lay padre, quien con los años le puso más violines.
Y empezaron las giras por todo el mundo, incluida África, un lugar que le significó al grupo el encuentro con sus raíces.
En América Latina son visitantes obligados y, como dice Lay, “a Colombia vamos mínimo una vez al año”.
Sus generaciones de seguidores han ido cambiando y hay mucha gente joven que los oyen y bailan, y escuchan otros sonidos, como los urbanos, “que son músicas que responden a un lenguaje muy acorde con las grandes masas, el pueblo de a pie, un lenguaje muy cercano a las realidades de la mayoría de los seres humanos, y el público joven es una esponja”, dice Lay.
“Ahora, aunque no soy seguidor de esas músicas sí las oigo y les presto atención, no les doy la espalda, porque en sus letras hay muchas cosas que son verdad”, dice el maestro.
Sobre el concierto de este viernes, comenta que, como siempre le pasa en Colombia, “yo apenas arrancamos, alzo las manos, lo que pida la gente, que tanto nos quiere, nos conoce y nos sigue, es lo que ellos digan y nada más”.
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