El periodista, radiofonista y escritor Enrique Romero Cano ha fallecido esta madrugada en la planta de oncología del Hospital del Mar de Barcelona, después de una larga lucha con el cáncer.
Romero, nacido en Bogotá el 22 de octubre de 1958, se estableció en Barcelona a principios de los años ochenta y desde entonces desarrolló distintas actividades relacionadas con la edición de publicaciones, la publicidad y la música latina.
Durante los años recientes era el director de marketing de Radio Gladys Palmera, emisora con la que formó en el equipo fundacional, pero en su biografía se cuentan numeroso hitos, el más remarcable la creación de la revista de música latina El Manisero, a principios de los años noventa, junto a otros profesionales del sector. Esta revista bimestral, a pesar de salir solo durante unos pocos años, fue una referencia internacional en el ámbito de la salsa y de la música que entonces empezaba a llamarse genéricamente latina.
Fue el director de la colección discográfica Música del Sol, de Better Music, en la que, con cuidadas selecciones, se editaron centenares de grabaciones de diversas épocas de la música cubana y salsera.
Fue programador musical, destacando los muchos años en que tuvo esa responsabilidad en la sala Antilla, de Barcelona; radiofonista, con su programa Picadillo, que iba de la salsa brava a los boleros sin olvidar a los grupos y artistas emergentes de Colombia, Cuba, Puerto Rico o España; colaboró con numerosos festivales, entre ellos el afamado Tempo Latino, de Vic-Fezensac, en Gers, Francia, donde fue proclamado Latino Mayor en 1999.
También fue un buen DJ, como comprobaron los bailadores desprejuiciados que asistían a sus sesiones en salas o en festivales como el citado Tempo Latino.
Fue colaborador habitual de la revista del sector profesional de espectáculos CLAVE y también de este sitio, Noticias Clave. Publicó el libro ‘Salsa. El Orgullo del barrio' (Celeste Ediciones, 2000) y también colaboraba en las publicaciones del Instituto Cervantes.
Era conocido con el apodo de ‘El Molestoso’, que, además de evocar la pieza musical de Eddie Palmieri, músico al que seguía con fervor, definía su manera de decir las cosas “de frente”, sin edulcorar nunca sus opiniones musicales, las cuales causaron a menudo pequeños disgustos a muchos músicos, incluidos los que eran sus amigos.
Su papel en la difusión de las músicas de buena calidad en general y, sobremanera, de la salsa, la rumba, el bolero y los repertorios calientes del Caribe o, también, de España o Francia, ha contruibuido enormemente al desarrollo de propuestas creadas desde la autenticidad y la honradez artística.
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