Cada concierto es una experiencia personal. Más de nueve mil experiencias se comparten alrededor de las redes y las voces propias y ajenas van creando un locutorio multi emotivo de acuerdo a lo esperado, lo vivido y, especialmente, lo gozado. Lo cierto, es que nuevamente, el arrojo y la fuerza de la convicción de los organizadores cumplió con el cometido y logró hacerse de un tercer impacto a un alto nivel. En el siguiente texto, el autor hace un recorrido por sus memorias y aporta opiniones a título personal.

Por: Diego Aranda

El atardecer en la Medellín del sábado 22 de abril llegó con los primeros decibeles de energía musical como presagio de una fiesta magna. Los presentadores oficiales, Viviana Álvarez y Jairo Luis García, de Latina Stereo, fueron los primeros en ponerse de pie en la tarima de dimensiones colosales para presentar el aperitivo sonoro de la mano de un invitado que llegó a buen momento a reforzar el compendio de luminarias artísticas.

La agrupación Sonido 70 daba inicio a su presentación con su ya característico estilo. Sobrevino la caracterización a manera de homenaje a un muy bien estudiado Héctor Lavoe por parte del vocalista Guarnizo, quien además logró acercarse al tono inolvidable de El Cantante. Acto seguido, canciones del nuevo disco de la orquesta el cual ya se encuentra disponible en el mercado. Grata sensación dejó este colectivo de la ciudad de Armenia que ya se encuentra entre las grandes agrupaciones de la Salsa colombiana.

Rápidamente, el personal técnico adaptó las calibraciones y en cuestión de minutos Fruko y Sus Tesos abrió su presentación recordando sus clásicos interpretados por los actuales vocalistas. Más adelante, la aparición de Wilson Manyoma encendió los aplausos del respetable y algunas notas ya conocidas inundaron el recinto. "Saoco" permitió que un coro de nueve mil voces emocionadas entonaran la adivinanza que Álvaro Velásquez dejara como legado del clásico por antonomasia de la Salsa nacional: "En el mundo en que yo vivo siempre hay cuatro esquinas, pero entre esquina y esquina siempre habrá lo mismo". Luego su voz haría el resto. “Tronco Seco”, “Son del Tren”. A título personal: Hubiera preferido que sonaran “Langaruto”, “A la Memoria del Muerto” y no "Cachondea" y "Fiesta" pero la banda eligió tocarlas en lugar de las anunciadas.

Con escasos minutos de intervalo, llegó el New Swing Sextet. La mayor de las formaciones orquestales de la velada. El público quedó sorprendido y maravillado por el eco de su sonido. Movidas piezas como “Pico Swing”, “Coquero”, “My Favorite Things” fueron matizadas por momentos de calma gracias a “Think Drink” y “Recuerdos de Rafael”, un excepcional momento para un concierto masivo en el que se recordó el bello medley de boleros de Rafael Hernández grabado más de 4 décadas atrás. El turno para el júbilo lo abrió la interpretación de "Puerto Rico, esto es para ti", número esperado por coleccionistas del mundo que buscan el sencillo donde viene grabado este homenaje a Borinquen. A título personal: La banda que más esperé y más me gustó. Sin lugar a dudas, le cumplieron al público con el repertorio prometido y tuvieron tiempo hasta para presentar su fabulosa novedad "Los Ritmos Mejores".

Una muestra de que se pueden estrenar canciones en un concierto que enciendan al público al igual que los clásicos del repertorio.

A la tarima subió el staff de SalsaConEstilo.com para anunciar lo que seguía. Lala Builes, Gabo González y Heli Ríos, elegantemente vestidos a la mejor usanza del Caribe, representaron a esta emisora que viene empujando fuertemente con gran impacto en la Internet y que recientemente cumplió 9 años de labores constantes en pro de la difusión de la Salsa. Sus voces se elevaron para presentar a coro, a Johnny Zamot, Freddie Concepción y la Sociedad 76.

La orquesta neoyorquina subió con todo profesionalismo a realizar su show. No dieron espera para hacer estallar la plaza con su tema bandera La Solución de la Salsa. Arreglos impecables, bien ejecutados y la imponente voz de Concepción contrastó con su tímido timbre al saludar. Conservada tanto como su forma de bailar, recordada gracias a los videos de vieja data que inundan la red. Otros números históricos fueron vocalizados con gran respeto por los cantantes que alternaron con él.

A título personal: Sinceramente, fue la orquesta que más me sorprendió gratamente. Es increíble encontrar un ensamble tan bien coordinado entre músicos que no tocaban juntos por décadas. Freddie Concepción me dejó boquiabierto con su voz, igual a la de los discos, el timbalero Johnny Santana sobresaliente y el resto de la banda, hicieron las delicias de los salseros que pudieron apreciar música bien ejecutada.

El momento más esperado de la noche llegó hacia las 12:50 a.m. El domingo recibió a la impresionante banda Latin Legends con Larry Harlow a la cabeza.

El público estalló con un perfecto Señor Sereno que hizo delirar al más inexpresivo, si es que a esa altura hubiera uno. "El Judío Maravilloso" dirigió una orquesta bien afincada, de toque perfecto, acostumbrada a dar conciertos alrededor del mundo y con mucha experiencia a cuestas. Otro momento esperado fue el de la salida a escena de Andy Harlow, a quien se recibía por primera vez y de quien se esperaban al menos dos canciones dado el extenso repertorio de los hermanos Harlow. Momentos de gran emoción y cantantes que no desentonaron con los clásicos interpretados.

A título personal: Este concierto resalta los repertorios clásicos que se encuentran arraigados en el corazón de los salseros. Esa es una premisa. Desentonó en gran medida la decisión de Harlow de cambiar los temas acordados por números en los que se extendió en demasía, costumbre que riñe con el espectáculo al que está ya acostumbrado el público de las Leyendas Vivas. Me lució injusto con su hermano, y aún más con el público de éste, que sólo le fuera permitido ejecutar un solo tema y dejar en ascuas a la gente. Las canciones del álbum Hommy brillaron por su ausencia y “Pregúntame como estoy” y “Soy Latino” no corresponden a lo anunciado previamente por el artista. Al final, no hubo explosión de júbilo y el remate fue salvado por el monumental solo de Bobby Sanabria, por sí solo, una leyenda viva también. Es posible que a esa altura ya muchos quisieran pasar la página y esperar el siguiente show.

Una voz gruesa, profunda, lenta y casi de ultratumba anunció la banda final, la responsable de cerrar y dejar grata huella y además, la que se ganó el corazón del público en la anterior versión de Las leyendas Vivas de la Salsa. La Orquesta Narváez, la original, la que aparece en su LP Reincarnation, la que rindió tributo al trombonista Ralphie Rodríguez que seguramente también hubiera aceptado venir con la misma caballerosidad y humildad del resto del combo.

En su lugar, de nuevo, un grande también, Joe de Jesús. Volvieron a hacer lo suyo. Su historial se condensa en las canciones de Reincarnation, Canta -con Freddy Fender- y algunas de su segundo disco Infantería 65. Lo que hicieran con ese material, sería lo que escribiría su leyenda. En efecto, así ocurrió. Esta vez con algunos agregados importantes y llevándose el corazón de nueve mil personas conmovidas al ver las banderas de Colombia y Puerto Rico izadas en los dos trombones ubicados adelante en la tarima. Un bello homenaje a Medellín, a Colombia, en el tema "El Amor de Puerto Rico", habida cuenta de que este tema es emblemático para quienes se van de la isla y entonan el coro "tengo a Puerto Rico, en el corazón", el cual fue reemplazado por "Medelín Colombia, en mi corazón...", y por si fuera poco, un dedicado soneo de Armando Vásquez en agradecimiento a la hospitalidad y cariño recibidos en tierras paisas. Los demás temas, ejecutados con gran maestría, con la madurez que traen los años y con las ganas de quedarse sembrados en la memoria de los asistentes. Un lujo de show que premia a quienes llegaron a la cita. A título personal: Nuevamente, Narváez se salió con la suya. Dejó un recuerdo impresionante en la memoria de todos. La imponencia de su show, contrasta con la humildad de sus integrantes. Seres agradecidos por este reencarnar para la música, en una tierra que les dio la posibilidad de volver a existir y destacarse y a la que correspondieron, no sólo con música sino con obras sociales, todo ese cariño.

El salsero es insobornable y cuando el show es honesto lo premia con aplausos, algarabía y exigiendo otra canción.

Al final, el zumbido de los oídos queda como anécdota sonora para llevar a casa con la memoria de vivir otra ocasión única. Si quien lo vive, es quien lo goza, esto se reafirma en ocasiones como esta. Y esa no es la única consecuencia. Más de nueve mil asistentes, cientos de empleos directos e indirectos generados, visibilización de la ciudad a nivel nacional e inter nacional, dividendos sobresalientes para quienes apoyaron con su marca la gestión.

Admirable labor de Édgar Berrío y su Organización Melodía para Dos, quienes literalmente se echaron esta aventura sobre los hombros de forma heroica. No resulta fácil aventurarse a juntar músicos que no se ven en décadas. No es fácil reunir tantas bandas grandes en un sólo escenario, con músicos originales en lo posible. Es de apreciar el alcance que tiene el evento al punto de atraer al recinto de La Macarena a personas de diversas ciudades del país y países de varias latitudes. Es de agradecer, poder recibir algo de las glorias que protagonizaron una era que como salseros no queremos dejar ir. Faltan apenas trescientos sesenta y pico días para que comience la cuarta versión. Gracias, por el privilegio de haberlo vivido.