Cada país tiene su propia concepción en la forma de asumir, interpretar y alimentar con sus raíces la Salsa. Los importantes insumos culturales hacen que se cree un sonido identificador. Pero pongamos en un punto geográfico x, puede ser Barcelona, a músicos procedentes de diferentes países, con tendencias musicales variadas y con el ánimo de llevar a cabo un objetivo común. A este grupo de personas podremos ponerle un nombre, puede ser Tromboranga.
Para sorpresa de muchos, los "ingredientes en la unidad" como decía Tito Rodríguez en su maravilloso tema Esta es mi Orquesta, pueden "lograr un sonido profundo en disonancias". En Tromboranga convergen nacionalidades diversas originarias de Venezuela, Puerto Rico, Cuba, Colombia y de zonas ibéricas como Catalunya o Islas Canarias. Los une el deseo de hacer Salsa. Ese es el filtro que unifica los elementos y los convierte en un todo.
El espectáculo presenciado en Medellín, la noche del sábado 19 de agosto de 2017, quedará registrada como una de las más explosivas en términos de conciertos de Salsa. Habida cuenta de la gran oferta de presentaciones en vivo de las que goza la ciudad por estos días, se ha abierto la posibilidad para que los salseros gocen de diferentes tendencias. Pero teniendo en cuenta que un concierto es una ocasión única y que en ocasiones surgen elementos que no se ven siempre.
Tromboranga es una agrupación que ya no se puede catalogar como novedad en el ambiente salsero pues ya posee una vasta experiencia. Sus integrantes son de un amplio recorrido y en su historial como grupo, sus grabaciones se cuentan desde 2011 cuando salió su primer sencillo "Agua que va a caer" que haría parte de su primer CD Salsa Dura, considerado por la crítica internacional como sobresaliente en 2012 hasta el fenomenal álbum "Sangre, Sudor y Salsa" ha pasado mucha agua bajo el puente.
Adicionalmente, se trata de una agrupación que ha optado por realizar canciones con temáticas propias. Letras auténticas, originales, que alimentan el género y que ya tienen su propia fanaticada. Esto se evidenció en las instalaciones de La Gran Manzana donde cientos de personas tenían en sus voces varias letras asimiladas. Y esto tiene su mérito ya que se trata de un entorno afín a la Salsa clásica que les recibió en esta ocasión con total disposición de recibir su show... y ¡vaya show!.
Golpe con Melodía
Sobre las dos de la madrugada se encontraban en tarima y nada los detendría. Perfectamente uniformados con el mismo atuendo para todos, incluso para su director Joaquín Arteaga, quien desde el timbal dio la seña para emprender el viaje. Desde el arranque los asistentes respondieron con emotividad y la banda prosiguió con su repertorio. Un tema tras otro o enlazados entre sí no dejaron al público sentarse. No había tiempo. Su historia tan amplia había de ser condensada en menos de dos horas y se trataba del debut en Medellín.
La explosividad de sus tres trombones se sintió en todas las ejecuciones, desde un principio. Su música cautivó al público por sus temáticas, la claridad de sus voces, el sentido del ritmo de sus percusionistas y la magia de su puesta en escena propiciaron el gozo total.
Su incuestionable calidad quedó demostrada al tomar recursos procedentes de las raíces afrocaribeñas, demostrando pleno conocimiento de los antecedentes de la Salsa, pues al ser una banda inspirada en el sonido de las décadas del 60 y 70, no se quedaron con esa base sino que además, el aspecto cultural como conjunto los ha llevado a encontrarse en un mismo punto en común: la herencia africana. En sus arreglos reposan fundamentos afro que se pueden detectar en los cambios hacia guaguancó o mozambique. Los cortes, complejos y exigentes fueron exhibidos sin errores.
Al finalizar su presentación rompieron el protocolo entonando el estribillo Sarabanda -Como mencionara Héctor Lavoe en Para Ochún- utilizando las congas al estilo del tambor de bomba de Puerto Rico pero marcando el inicio de un ritmo de conga callejera cubana para desfilar entre el público en plena comparsa como si se tratara de un carnaval santiaguero, elevando el estribillo del canto Malembe de Jesús Alemañy: "Si Malembe, Malembe ah, Si Malembe, Malembe sale a resolver", secundado con el coro delos trombones. ¡Inolvidable!
Lógicamente, el público encendido por tantas emociones juntas pidió una última canción y Tromboranga complació. Nos queda la satisfacción de haber presenciado un concierto lleno de vitalidad, entusiasmo, ganas, pasión musical, aprovechamiento de antecedentes culturales para llevar al público a la cima de la emoción y depositar en sus mentes un registro único. Percibir un profundo respeto por el público en el sonido, la interpretación, la dicción, los solos, la seriedad en medio de la gracia para acertar en momentos apropiados.
Profesionalismo a toda prueba sin dejar la alegría, siempre tan humana, de entender la Salsa como la expresión popular de altura más grande del mundo. Con ellos nos espera mucha "Salsa pa' rato".
Al Mal Tiempo Buena Salsa
En medio de tantas sensaciones el tiempo pasó rápidamente y llegamos sin darnos cuenta al final. La última canción nos bajó del éxtasis al acabarse y no deja uno de sentir ganas de más. Sobre el final, mientras me encontraba guardando mi celular sobrecargado con preciadas imágenes, se me acercó un gran amigo y me dijo notoriamente emocionado: "¡La mejor orquesta del mundo!". Con ligero asombro y posterior concordancia, asentí, pensando en que esta orquesta ha recorrido medio mundo, ha grabado 6 discos, algunos prensados en LP para coleccionistas, ha deleitado a millones en multitudinarios escenarios con su música propia, tienen una puesta en escena que muchos olvidaron y otros no codifican, poseen un sonido demoledor que en tarima multiplica su poder. Surge entonces la pregunta, al menos mientras vea algo que difícilmente supere lo vivido, ¿Puede ser Tromboranga la mejor orquesta de Salsa del mundo en este momento?